viernes, enero 20, 2006

Victoria pírrica

Victoria pírrica es aquella que se consigue con grandes pérdidas y al final no sirve para nada. Es lo que le ocurrió a Pirro, al ganar la batalla de Heraclea, en el golfo de Tarento. No obstante, Amando de Miguel dice que si un equipo de fútbol necesita ganar por 3 a 0 y sólo lo hace por 1 a 0, el resultado puede calificarse, con toda tranquilidad, como pírrico. No seré yo quien ose quitarle la tranquilidad al ilustre autor, pero el resultado que señala, más que pírrico, me parece insuficiente. Más se acercaría a ese calificativo, si se hubiera producido, la victoria de España sobre Italia, en el Mundial de 1934, que es el único que ha podido y debido ganar nuestro equipo nacional. Empataron a uno, si no recuerdo mal, pero siete u ocho jugadores españoles acabaron lesionados y no pudieron jugar el siguiente partido, con lo que la selección tuvo que volver a casa al perderlo.
Amando de Miguel, con ese criterio tan laxo, acaso se hubiera mostrado de acuerdo también con el horrendo
en base a una ciudadanía
que utilizó Felipe González en su artículo titulado
Bolivia, nuevo horizonte. O con el modo de construir la siguiente frase, también en el mismo artículo:

colaboración desde un diálogo franco para maximizar las posibilidades de Bolivia en el nuevo horizonte.

Que parecería exquisita si la hubiera expresado una persona tan burda como Otegi, pero que resulta impropia en tan ilustre autor.
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3 comentarios:

Domingo dijo...

Hola Vicente,

estaba yo presto a secundar tu opinión y proclamar a los cuatro vientos tu victoria absoluta sobre de Miguel, mas apareciose la RAE para concederle una victoria pírrica a De Miguel.


http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&LEMA=p%EDrrico


pírrico1, ca.
(Del gr. Πυρρικός, de Πυρρός, Pirro, rey de Epiro).
1. adj. Dicho de un triunfo o de una victoria: Obtenidos con más daño del vencedor que del vencido.
2. adj. Conseguido con mucho trabajo o por un margen muy pequeño. Triunfo pírrico del Partido Conservador.
3. adj. De poco valor o insuficiente, especialmente en proporción al esfuerzo realizado. Recibieron una cantidad pírrica por su trabajo.

El problema es que si está tan asumido por la sociedad que ya reconocemos esa acepción, tampoco sirve de mucho que intentemos hacer recordar de dónde viene la expresión.

Un saludo, Domingo.

Vicente Torres dijo...

Domingo:
En la actualidad, la RAE se limita a tomar nota de lo que se habla en la calle, ordenando las respuestas según el uso que tienen.
Pero si nos atenemos a este criterio, sobran los consultorios destinados a mejorar el uso del idioma.
El lenguaje culto no tiene el porqué ser exactamente igual que el de la calle.

Domingo dijo...

Vicente,

ni tiene ni debe, pero por otro lado tampoco debemos olvidar que el lenguaje es algo vivo, que cambia, y cambia por culpa de y gracias a la gente de la calle. Estoy totalmente de acuerdo en que tratemos de mejorar el uso del idioma, de hecho yo lo intento conmigo mismo, dentro de mis posibilidades. Ahora, decir a la gente de la calle cómo tiene o no que hablar creo que es poner puertas al campo.

Dicho de otra forma, de Miguel no debió justificar que se utilice la segunda acepción de la RAE de pírrico. Más que nada es que no hay nada que justificar, tiene ese significado porque la gente de la calle lo usa. Ahora, sí debemos informar a la gente de que se puede hablar de forma que simplemente te entiendan, o de forma correcta. Yo personalmente coincido contigo en que prefiero hablar de forma correcta.

Un saludo, Domingo.